Bienvenidos




Queremos trasladar desde este espacio una nueva mirada hacia las historias de seres humanos que descubrieron otra manera de sentir la vida a pesar de transitar por experiencias que trastocaron su existencia: enfermedades, muerte de seres queridos, quiebras económicas, accidentes, persecuciones de todo tipo. Todos ellos constituyen testimonios valiosísimos de superación vital, cantos a posibilidades de renacimiento maravillosos.

Toda prueba vital profunda es una iniciación que vamos atravesando en diferentes fases; hay un antes de… un durante ….. y un después de….. Desde FRENTE AL ESPEJO queremos acercarnos y acercaros a esas personas que han vivido increíbles pruebas y que han hecho de ellas otro modo de vida. Una oportunidad. En lugar de habitar en el lamento han aprovechado la desventura como oportunidad para transformarse positivamente y ejercer una influencia positiva en su entorno. Todas ellas tienen un punto en común, de la supervivencia antes de la prueba, han pasado a la VIDA después de ella.

Resurgir está en nuestra mano y quienes se levantan con coraje tras estas experiencias es a quienes admiramos. Estas personas renacen, como el Ave Fénix, en una profunda transformación espiritual, que va más allá del cuerpo y la mente y dejan huella en el Alma de los demás, haciéndonos partícipes de que siempre, siempre hay otra oportunidad. Esa es la gran riqueza de la vida.
Esperamos que las vivencias de estos “héroes cotidianos” puedan servirnos de inspiración. Han atravesado desiertos y noches oscuras. Han vivido en sus carnes cómo la capacidad de resistencia llega a límites que ni siquiera eran capaces de imaginar y todos ellos tienen un común denominador… han buscado la intervención desde dentro….

Entrevista a Maghavat Ishaya





MAGHAVAT ISHAYA 

Maghavat tenía 15 años y estaba listo, junto a su padre, para acudir a la escuela cuando sufrió un intento de secuestro. Su padre le defendió y gracias a su amor y valentía pudo detener a los secuestradores para que él lograra escapar. Sin embargo, su padre no tuvo la misma oportunidad y murió, pero lo que pudo ver en sus ojos antes de morir, cambiaron la vida del joven Maghavat, hoy en día monje Ishaya.